Ponemos a calentar el horno a 180°. En nuestro vaso Thermomix colocamos la mariposa.

Echamos los 4 huevos y loa 120 g de azúcar. Programamos durante 6 minutos a 37° a velocidad 4.

Cuando haya finalizado volvemos a programar 6 minutos a velocidad 4, sin temperatura.

Agregamos los 12o g de harina de trigo y la cucharadas de extracto de vainilla.

Programamos 6 segundos a velocidad 4. Preparamos un molde tipo Plum Cake de unos 30 cm de largo.

En mi caso he colocado un trozo de papel sulfurizado en el fondo para poder desmoldar mejor el bizcocho cuando esté horneado.

Metemos la mezcla en el molde y lo horneamos unos 10 minutos, con calor arriba y abajo.

Sacamos el molde, lo dejamos enfriar y lo tapamos con un paño hasta el día siguiente. Se tiene que asentar el bizcocho para que se pueda empapar mucho mejor.

Preparamos el almíbar. en nuestro vaso limpio echamos los 200 ml de agua y los 200 g de azúcar, lo programamos durante 8 minutos a temperatura varoma y velocidad 1.

Acabado el tiempo añadimos el ron y lo volvemos a programar 5 segundos a velocidad 2,5.

Apartamos el almíbar en un cuenco.

En el mismo vaso echamos los 150 ml de leche, los 150 g de azúcar y los 20 g de maicena. Lo mezclamos programando 10 segundos a velocidad 3,5. Añadimos los dos huevos y programamos durante 10 minutos a 110° a velocidad 2.

Al terminar observaremos que ha quedado algo espeso, sino lo programamos un par de minutos más.

Agregamos los 10 g de mantequilla y lo programamos 20 segundos a velocidad 3,5.

Sacamos la crema en un cuenco y lo dejamos enfriar. Lo tapamos y lo guardamos en el frigorífico.

Al día siguiente sacamos el bizcocho de la tartera y lo cortamos en trozos de 2,5 cm aproximadamente. Metemos los trozos en el cuenco con el almíbar para que se empapen bien.

Dejamos escurrir los bizcochos encima de una rendija dados la vuelta.

Echamos una capa de azúcar por encima y los quemamos con un soplete. Esta capa ayudará a que se queden firmes los bizcochos por la parte de abajo, cuando les demos la vuelta.

Los damos la vuelta y los cubrimos con la crema que teníamos preparada. Volvemos a echar otra capa por encima y la quemamos con el soplete para que queden bien tostados. Ya terminados podemos servirlos fríos o a temperatura ambiente.

¡Te encantarán!